El Convenio de Basilea es un tratado ambiental global
que regula estrictamente el movimiento transfronterizo
de desechos peligrosos y estipula obligaciones a las Partes
para asegurar el manejo ambientalmente racional de los
mismos, particularmente en lo referente a su disposición.
El Convenio de Basilea fue adoptado el 22 de marzo de
1989 y entró en vigor el 5 de mayo de 1992. El
Convenio es la respuesta de la comunidad internacional
a los problemas causados por la producción mundial
anual de 400 millones de toneladas de desechos peligrosos
para el hombre o para el ambiente debido a su características
tóxicas/ecotóxicas, venenosas, explosivas,
corrosivas, inflamables o infecciosas.
Este convenio fue en parte la respuesta a la Declaración
de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio
Humano (Estocolmo, 1972), las Directrices y principios
de el Cairo para el manejo ambientalmente racional de
desechos peligrosos, aprobados por el Consejo de Administración
del Programa de la Naciones Unidas para el Medio Ambiente
por su decisión 14/30, de 17 de junio de 1987,
las recomendaciones del Comité de expertos en el
Transporte de Mercaderías Peligrosas, de las Naciones
Unidas (formuladas en 1957 y actualizadas cada dos años),
las recomendaciones, declaraciones, instrumentos y reglamentaciones
pertinentes adoptadas dentro del sistema de las Naciones
Unidas y la labor y los estudios realizados por otras
organizaciones internacionales y, regionales.
El Convenio reconoce que la forma más efectiva
de proteger la salud humana y el ambiente de daños
producidos por los desechos se basa en la máxima
reducción de su generación en cantidad y/o
en peligrosidad. Los principios básicos del Convenio
de Basilea son: el tránsito transfronterizo de
desechos peligrosos debe ser reducido al mínimo
consistente con su manejo ambientalmente apropiado; los
desechos peligrosos deben ser tratados y dispuestos lo
más cerca posible de la fuente de su generación;
los desechos peligrosos deben ser reducidos y minimizados
en su fuente.
Para lograr estos principios, la Convención pretende
a través de su Secretaría controlar los
movimientos transfronterizos de desechos peligrosos, monitorear
y prevenir el tráfico ilícito, proveer asistencia
en el manejo ambientalmente adecuado de los desechos,
promover la cooperación entre las Partes y desarrollar
Guías Técnicas para el manejo de los desechos
peligrosos.
Más información y texto
del Convenio de Basilea en la siguiente dirección:
http://www.basel.int/text/textspan.html
|