ECONOTICIAS
Información semanal de las agencias Prensa Verde, Europa Press, Ania y Tierramérica.
 
HACENDADOS ACUDEN EN AUXILIO DE LA MATA ATLÁNTICA
 
CHEVRON-TEXACO TENDRÁ QUE RESPONDER POR DAÑOS EN LA AMAZONIA ECUATORIANA
 
EL RECALENTAMIENTO CONFIRMA EL TEMOR DE LOS CIENTÍFICOS
 
“EL DÍA DESPUÉS DE MAÑANA”: UNA PELÍCULA CON BENDICIÓN VERDE
 
LLUVIA DE CRÍTICAS A INFORME DE LA FAO SOBRE APOYO A LA INGENIERÍA GENÉTICA
 
   
 

HACENDADOS ACUDEN EN AUXILIO DE LA MATA ATLÁNTICA

 

Río de Janeiro, (Tierramérica) - La Mata Atlántica es “un banco de vida” según Daise Moreira Paulo, química jubilada quien lucha por “conservar y expandir” los bosques brasileños, tanto que destinó a la conservación 28 de las 48 hectáreas de una hacienda de su propiedad, a 100 kilómetros de Río de Janeiro.
Las tierras de Moreira, presidenta de la asociación de Reservas Particulares del Patrimonio Natural (RPPN) del estado de Río de Janeiro, forman parte de los dominios de la Mata Atlántica, un extenso conjunto de bosques de la costa este y ecosistemas asociados, que ha sufrido una devastación ambiental mayor que la de la Amazonía.

La destrucción de los bosques y la biodiversidad de la Mata ha afectado directamente la vida de 120 millones de brasileños que viven en ecosistemas aledaños, y representan dos tercios de la población total del país.

El agrónomo Henrique Fragoso Berbert de Carvalho preside otra asociación de reservas privadas, de los estados de Bahía y Sergipe, en el noreste del país. La hacienda que comparte con su familia incluye la Reserva Natural Sierra del Temoso, de 200 hectáreas, en Jussari, al sur de Bahia.

Moreira y Berbert integran un movimiento en expansión en Brasil, de hacendados sensibles a la cuestión ambiental, hasta el punto de hacer intocables partes de sus propiedades, sumándose al esfuerzo estatal por la conservación.

Actualmente hay en Brasil más de 600 RPPN, que suman cerca de 500.000 hectáreas, las cuales constituyen un instrumento indispensable para la protección de la biodiversidad, principalmente en la Mata Atlántica, donde ya se crearon 360 que abarcan unas 83.000 hectáreas, dijo a Tierramérica Marcia Hirota, directora de proyectos de la no gubernamental Fundación SOS Mata Atlántica.

La Mata tenía en 1500 cerca de 1,3 millones de kilómetros cuadrados de bosques, de los que hoy sólo queda un 7,8 por ciento. El único territorio con mayor deforestación es el de Madagascar, donde casi han desaparecido los bosques, destacó Wigold Schaffer, coordinador del Núcleo Mata Atlántica del Ministerio de Medio Ambiente brasileño.

La destrucción de bosques en la Mata continúa con un promedio de 90.000 a 100.000 hectáreas anuales, según Hirota. El área boscosa remanente está muy fragmentada, y la mitad es propiedad privada. Por eso las RPPN desempeñan ”un papel decisivo”, observó Schaffer.

La organización no gubernamental estadounidense Conservación Internacional (CI), incluyó a la Mata Atlántica en una lista de los 25 biomas más ricos en biodiversidad y más amenazados del planeta, y la ubicó entre los cinco principales.

Alberga a más de 20.000 especies vegetales y a unos 1,6 millones de especies animales, entre ellas centenares de mamíferos, pájaros y anfibios que son endémicos, al igual que la mitad de las plantas. Su biodiversidad es proporcionalmente más amplia que la amazónica.

Las reservas privadas tienen algunas ventajas sobre las estatales, porque son “más ágiles”, diversifican actividades, a veces protegen “ambientes únicos” y pueden superar sus limitaciones de tamaño al sumar áreas vecinas, destacó Reuber Brandao, coordinador de Unidades de Conservación en el Instituto Brasileño de Medio Ambiente, brazo ejecutivo del Ministerio de Medio Ambiente.

 
 

CHEVRON-TEXACO TENDRÁ QUE RESPONDER POR DAÑOS EN LA AMAZONIA ECUATORIANA

 

Montevideo, (IPS) - El juicio contra la compañía petrolera Chevron-Texaco por daños ambientales en Ecuador y la iniciativa para crear una red de áreas protegidas en la Amazonia son luces en el oscuro panorama ambiental de América Latina, según el Centro Latinoamericano de Ecología Social (CLAES).

Ambos fenómenos contrastan con una tendencia regional de escaso respeto a las normas ambientales, agravada por “las presiones de la crisis económica”, afirma el documento “Ambiente en América Latina”, divulgado por el CLAES, centro colaborador de los informes del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).

“En todos los países de América Latina se ha expandido el marco legal que otorga protección a los recursos naturales y asegura la calidad de vida”, señala el documento.

Pero la aplicación de esas normas es débil y “la situación ha empeorado recientemente” por la contracción de la economía regional y el aumento de la pobreza, mientras “se suman evidencias sobre crecientes grados de incumplimiento, dificultades en identificar a los infractores” o “problemas para sancionarlos”, afirma el CLAES.

En este marco se destaca el juicio contra Chevron-Texaco, “por ser el primero en su tipo” en la región y por “fortalecer la cobertura legal en temas ambientales”, resalta la organización con sede en Montevideo.

En octubre de 2003, se inició en Ecuador un proceso originado en una demanda colectiva contra Chevron-Texaco acusada de verter decenas de miles de litros de desechos por la extracción de crudo en la selva ecuatoriana entre los años 70 y 90, cuando allí operaba Texaco, fusionada en 2001 con Chevron.

Luego de casi 10 años de batallas legales en Estados Unidos, un tribunal de apelaciones de Nueva York ordenó a la compañía aceptar la jurisdicción de la justicia de Ecuador.

Los litigantes, a nombre de 30.000 damnificados indígenas, han documentado el aumento de casos de cáncer en las comunidades afectadas y pleitean a la petrolera en un tribunal de Nueva Loja, capital de la septentrional provincia ecuatoriana de Sucumbíos.

Otro avance en materia ambiental es la iniciativa para establecer una red interconectada de áreas protegidas en la Amazonia con planes de gestión articulados. Esto “significa un cambio en la perspectiva de conservación de bosques tropicales” en lugar de “crear parques nacionales aislados”, observa el informe.

 
 

EL RECALENTAMIENTO CONFIRMA EL TEMOR DE LOS CIENTÍFICOS

 

Washington, (IPS) - El derretimiento de glaciares, los grandes incendios, las inundaciones y otros graves eventos meteorológicos confirman hoy los pronósticos de la ciencia en 1994, cuando entró en vigor el primer tratado internacional contra el cambio climático.

En 10 años de vigencia de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, la emisión de gases invernadero siguió en aumento, lo que marca un “fracaso colectivo” del Norte industrial, sostuvo desde Washington el Instituto de Recursos Mundiales (WRI).

”Estamos yendo rápidamente al punto en que el daño será irreversible”, advirtió Jonathan Pershing, director del programa de clima, energía y contaminación de WRI, centro académico ambientalista con sede en la capital estadounidense.

”De hecho, los últimos informes científicos indican que el recalentamiento planetario está empeorando. A menos que actuemos ahora, el mundo sufrirá temperaturas que causarán daños irreversibles”, afirmó Pershing en una declaración.

Los investigadores del WRI calcularon que las emisiones de gases invernadero causantes del recalentamiento, entre los cuales el principal es el dióxido de carbono, aumentaron 11 por ciento en la última década, y se prevé que se incrementen otro 50 por ciento para 2020.

El Protocolo de Kyoto, tratado aprobado en 1997 que complementa la Convención, no entró aún en vigor, aunque hasta ahora es el único instrumento internacional que estableció metas específicas a 38 países industriales para cumplir los postulados de la Convención.

Esas metas suponen la reducción de las emisiones de gases invernadero de esos países a volúmenes cinco por ciento inferiores a los de 1990, con plazo máximo hasta 2012.

El anterior gobierno estadounidense, de Bill Clinton (1993-2001), firmó el Protocolo. Pero el sucesor de Clinton, George W. Bush, retiró la firma de Estados Unidos, país que emite 25 por ciento de las emisiones de gases invernadero del mundo.

Rusia, que inicialmente manifestó su intención de ratificar el Protocolo, ahora está indecisa. Como consecuencia, el acuerdo, que debe ser ratificado por países cuyas emisiones de gases invernadero sumen más de 55 por ciento de las calculadas en 1990, se ha quedado en el papel.

La Convención, que proponía reducciones voluntarias en las emisiones de gases invernadero, fue firmada por el entonces presidente George Bush, padre del actual mandatario, en la Cumbre Mundial sobre Medio Ambiente y Desarrollo celebrada en Río de Janeiro en 1992.

El tratado está vigente desde el 21 de marzo de 1994, con 188 países firmantes.

La idea del Protocolo de Kyoto surgió cuando quedó en evidencia que los planes de reducción voluntaria no alcanzarían las metas iniciales.

Por otra parte, los expertos del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático advirtieron que el gran aumento de la temperatura mundial constatado en el siglo pasado se debió fundamentalmente a emisiones artificiales, en especial la combustión combustibles fósiles, como petróleo, carbón y gas.
Los estudios realizados en la última década confirman que la tendencia al recalentamiento continúa. ”Los cinco años más calurosos de la historia de los registros ocurrieron en los últimos seis”, dijo el presidente del WRI, Jonathan Lash.

 
 

“EL DÍA DESPUÉS DE MAÑANA”: UNA PELÍCULA CON BENDICIÓN VERDE

 

MÉXICO, (IPS) Pese a su ligereza argumental, que incluye exhibición de catástrofes poco creíbles y una catarata de efectos especiales, la cinta fue alabada por exponer, por primera vez en el cine, las posibles consecuencias del cambio climático global. La etiqueta verde que ambientalistas pusieron a la cinta “El día después de mañana”, animó su estreno en América Latina, donde en pocos días se comió una buena tajada del mercado cinematográfico y dejó en segundo plano la batería de críticas en su contra.

En algunos países de América Latina, como México y Brasil, se registraron por momentos largas filas a las entradas de los cines cuando se estrenó la película, dirigida por el alemán Roland Emmerich. “Queríamos hacer una fantástica película veraniega que pudiera entretener a la gente”, dijo Mark Gordon, productor del film.

Según Greenpeace, “El día después de mañana ¡es hoy!”, afirmación que muchos espectadores y críticos tomaron con pinzas. “La película nos muestra desastres provocados por el cambio climático. Millones de personas verán la película y se preguntarán: ¿Qué tan real es este problema? Por desgracia es real y no podemos perder más tiempo para hacerle frente”, afirmó la ONG internacional.

El crítico de cine argentino, Horacio Bernades, sostuvo que la cinta es “tal vez la primera muestra de cine catástrofe con meta-texto ecológico”.

Lo bueno de la película “es que tanto desastre global puede ser excitante y hasta divertido, sin dejar de hacer sonar una advertencia y evitando que ésta se vuelva pesadamente admonitoria”, añadió. Sigifredo Eusse, crítico de cine colombiano, también rescata el hecho de que la película muestre “la tragedia que puede causar en el medio ambiente la acción depredadora del hombre”.

A los realizadores de la cinta les tomó poco más de seis meses y 100 millones de dólares filmar los desastres naturales que inundan su producción, sin duda tiempo y dinero infinitamente menores que los gastados por la especie humana para impactar en el clima del planeta.

 
 

LLUVIA DE CRÍTICAS A INFORME DE LA FAO SOBRE APOYO A LA INGENIERÍA GENÉTICA

 

(Prensa Verde – Red de Comunicación Ambiental Latinoamericana y del Caribe). Entidades ambientalistas de varios países difundieron una carta abierta al director de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), Jacques Diouf, en la que formulan serios reparos a un reciente informe de la institución titulado "Biotecnología agrícola: ¿compromiso con las necesidades de los pobres?", y argumentan que va en desmedro de los métodos ecológicamente sanos desarrollados por los agricultores.

En un acápite de la nota internacional de protesta que los líderes ambientalistas denominan "La FAO declara la guerra a los agricultores, no al hambre", éstos advierten que el documento del organismo "promueve la ingeniería genética de cultivos y una mayor desviación del financiamiento para investigación hacia este tipo de tecnología, en desmedro de los métodos ecológicamente sanos desarrollados por los agricultores".

Advierten en tono enérgico que "la forma cómo se preparó el informe y se dio a conocer a los medios, levanta serios cuestionamientos acerca de la independencia y la integridad intelectual de una importante agencia de Naciones Unidas. El informe aleja a la FAO de la búsqueda de la soberanía alimentaria y de las necesidades reales de los agricultores y campesinos del mundo, y es una puñalada por la espalda a los agricultores, campesinos y a los pobres de zonas rurales, a quiénes la FAO tiene el mandato de apoyar".

Más adelante señalan que "en lugar de recomendar el fortalecimiento del papel de los agricultores de pequeña escala en el manejo de su biodiversidad agrícola y en el mejoramiento de los cultivos vitales para su sobrevivencia, —que incluso algunos de los que hacen trabajo de campo en la FAO promueven activa y exitosamente—, este reporte propone un "arreglo tecnológico" de cultivos cruciales para la seguridad alimentaria de los pueblos marginalizados, promoviendo el desarrollo transgénico de la yuca, la papa, el garbanzo, el mijo y el teff".

En otro párrafo se señala que "la historia demuestra que los cambios estructurales en el acceso a la tierra, a la producción de alimentos y al poder político, combinados con sólidas tecnologías ecológicas, sustentadas en la investigación basada en el conocimiento campesino, reducen el hambre y la pobreza. La ‘revolución genética’ promete llevarnos en la dirección opuesta. Está basada en investigación elitista, estratosféricamente costosa, dominada por la industria, y en el uso de tecnologías patentadas".

Los científicos, ambientalistas, biotecnólogos, juristas, comunicadores y demás firmantes de la carta, originarios entre otros países de España, Malasia, Ecuador, Costa de Marfil, Sudáfrica y el Reino Unido, señalan que "si bien el documento de más de 200 páginas lucha por aparecer neutral, es sumamente tendencioso e ignora la evidencia disponible sobre los impactos adversos en el ambiente, la economía y la salud que tienen los cultivos manipulados genéticamente".

Los firmantes concluyen su diatriba a Jacques Diouf recalcando que "proponer que se dedique más financiamiento público a la tecnología de transgénicos no es ninguna solución. Mayor inversión en esta tecnología, como recomienda la FAO, incrementará inevitablemente el control monopólico sobre las reservas alimentarias del planeta. Los países empobrecidos serán forzados a aceptar leyes de patentes, contratos y regímenes comerciales que debilitan su capacidad nacional para luchar contra el hambre".