Málaga, 16/10/2015, (Ecoestrategia).-
Mañana, día 17 de octubre, se celebra en
el mundo entero el Día Internacional para la Erradicación
de la Pobreza, una fecha adoptada por la Asamblea General
de Naciones Unidas en 1992, dentro del calendario de conmemoraciones
de la ONU, con el fin de promover actividades concretas
de eliminación de la pobreza y la indigencia.
Tal como lo señala el secretario general de Naciones
Unidas, Ban Ki-moon, en esta ocasión el Día
Internacional para la Erradicación de la Pobreza
“se celebra en un momento en que el mundo emprende
una nueva y osada senda hacia un futuro digno para todos,
con la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible como
guía”. Dicha agenda fue aprobada por los
estados miembros de la ONU en el pasado mes de septiembre,
en el marco de la Cumbre para el Desarrollo Sostenible,
como continuación de los Objetivos de Desarrollo
del Milenio (ODM) contra la pobreza, adoptados en 2000,
los cuales debían alcanzarse en 2015
Tal como lo explica la administradora del Programa de
Naciones Unidas para el desarrollo (PNUD), Helen Clark,
la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible incluye un
conjunto de 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)
para poner fin a la pobreza, luchar contra la desigualdad
y la injusticia, y hacer frente al cambio climático.
Uno de estos objetivos, el número nueve, traza
la meta de “construir infraestructuras resilientes,
promover la industrialización inclusiva y sostenible
y fomentar la innovación”. Es aquí
donde tienen cabida todas las políticas e iniciativas
locales, nacionales e internacionales tendientes a reducir
la brecha tecnológica entre las naciones más
industrializadas y los países del Sur, es decir,
la denominada “infopobreza”.
Los conceptos de “info-ricos” e “info-pobres”
hacen referencia a la desigualdad en las posibilidades
de acceso a las nuevas Tecnologías de la Información
y Comunicación (TIC) entre aquellas comunidades
o personas que están habituados a utilizarlas y
aquellas que no tienen acceso a ellas o que, aunque lo
tengan, no saben cómo utilizarlas. Así,
la expresión “brecha digital” o “fractura
digital” se emplea desde la década de los
90s para señalar la carencia de infraestructuras
de comunicaciones en algunas zonas geográficas
del planeta. Y en el caso de la red internet entre quienes
están “conectados” y aquellos que no
lo están.
Las cifras que sobre esta desigualdad tecnológica
expone la Unión Internacional de Telecomunicaciones
(UIT) son muy dicientes. Los datos de este organismo especializado
de las Naciones Unidas revelan que A escala mundial, 3.200
millones de personas utilizan Internet, de los cuales
2.000 millones viven en países en desarrollo.
A este respecto, se espera que a finales de este año
2015, el 34% de los hogares en países industrialmente
menos desarrollados tendrán acceso a internet,
menos de la mitad en comparación con los hogares
de países desarrollados (81,3%). Así, en
los países del Sur, solo el 7% de los hogares tiene
internet mientras que el promedio a nivel mundial es del
46%.
Actualmente, la penetración de internet en los
países en desarrollo se sitúa en el 35%,
pero en los países todavía menos desarrollados
no llega al 10%. En África, una de cada cinco personas
es usuaria de internet, frente a casi dos de cada cinco
en la región de Asia-Pacífico y tres de
cada cinco en la Comunidad de Estados Independientes (CEI),
antiguas repúblicas de la Unión Soviética.
Y en cuanto a los niveles de penetración de la
banda ancha móvil, los más más elevados
se registran en Europa y América, con alrededor
del 78% de suscripciones activas a estos servicios. Mientras
que en África este porcentaje está por debajo
del 20%. En cuanto a la banda ancha fija, ni siquiera
llega al 1% en los países subdesarrollados.
Durante la realización de la Cumbre Mundial sobre
la Sociedad de la Información (CMSI), organizada
por la UIT en Ginebra (Suiza) en 2003, ya se suscribieron
compromisos concretos con el fin de eliminar la brecha
digital y reducir las desigualdades en el acceso a las
telecomunicaciones e internet. En este sentido, el entonces
secretario general de las Naciones Unidas, Kofi Annan,
hizo un llamamiento para eliminar la brecha digital global
mediante “la construcción de una sociedad
de la información incluyente”, la cual “requiere
nuevas modalidades de solidaridad, asociación y
cooperación entre los gobiernos y demás
interesados, es decir, el sector privado, la sociedad
civil y las organizaciones internacionales”.
La Unión Internacional de Telecomunicaciones reconoce
que se han producido avances en este campo. En 2000, cuando
los líderes mundiales establecieron los Objetivos
de Desarrollo del Milenio, había 748 millones de
abonados a la telefonía móvil en el planeta.
Hoy en día ya hay más de 7.000 millones
en el mundo. Sin embargo las desigualdades persisten,
prueba de ello es que en la reciente Cumbre para el Desarrollo
Sostenible se subrayase que alrededor de 2.600 millones
personas en el mundo en desarrollo se enfrentan a dificultades
en el acceso a la electricidad, y que 1,5 millones de
humanos no tienen acceso a unos servicios telefónicos
fiables. Esto indica que todavía queda mucho por
hacer.
TIC para la cooperación al desarrollo
En
la segunda reunión de la Cumbre Mundial para la
Sociedad de la Información realizada en Túnez
en 2005 (continuación del primer encuentro llevado
a cabo en Ginebra), fue reconocida la importancia de la
integración de las Tecnologías de la Información
y la Comunicación en la Cooperación al Desarrollo;
“a través de un intercambio de información
y una coordinación más eficaces entre los
donantes, y mediante el análisis y el intercambio
de prácticas óptimas y enseñanzas
extraídas de la experiencia adquirida con los programas
de TIC para el desarrollo”.
Durante el encuentro organizado por la Unión Internacional
de Telecomunicaciones en Túnez, se argumentó
que las TIC podían contribuir al logro de Objetivos
de Desarrollo del Milenio relacionados directamente con
la salud: reducir la mortalidad infantil, mejorar la salud
materna, y combatir el VIH/SIDA, el paludismo y otras
enfermedades.
Reconociendo que las TIC potencian sistemas de salud
de mayor calidad: más eficaces, más
eficientes, más equitativos y justos, y contribuyendo
al mismo tiempo al cierre de la brecha digital, la Agencia
Española de Cooperación Internacional para
el Desarrollo (AECID) diseñó en 2012 una
“Guía de la Cooperación Española
para la incorporación de las TIC en las intervenciones
de Salud en la Cooperación para el Desarrollo”.
En este documento la AECID afirma que “las TIC
contribuyen al fortalecimiento integral de los sistemas
de salud, ya que permiten maximizar el valor de la información
facilitando a los profesionales de la salud tomar decisiones
complejas, a los centros de salud proporcionar atención
más segura, a la población disponer de mayor
información para que sea partícipe de su
propia salud y que sus gobiernos se responsabilicen de
ella”.
Esta guía también declara que las TIC en
lo que a salud concierne “van aún más
allá del intercambio de datos para diagnosticar
y prevenir enfermedades o del acercamiento de la atención
especializada a zonas aisladas. Favorecen también
el diálogo cultural entre alternativas de salud
así como el debate y la movilización social
en torno a la conciencia de una salud pública global
en un mundo cada día más globalizado”.
El estudio elaborado por la AECID destaca algunas iniciativas
puestas en marcha en países que se encuentran dentro
del área de influencia de la Cooperación
española. Experiencias de las cuales se pueden
tomar elementos prácticos para ser implementados
en otros proyectos de cooperación. Tal es el caso
del proyecto TulaSalud de Guatemala, cuyo objetivo es
la mejora de la salud en las zonas rurales de esta nación
centroamericana (principalmente la salud materno infantil)
mediante el empleo de Tecnologías de la Información
y Comunicación. TulaSalud Utiliza herramientas
de teleeducación para la formación remota
de enfermeras, técnicos y auxiliares de enfermería,
y sistemas de apoyo al diagnóstico para personal
de atención rural a través de telefonía
móvil.
En Sudamérica también se reseñan
otros proyectos, como la Fundación Enlace Hispano
Americano de Salud (EHAS), en Perú, que tiene como
misión mejorar la atención de salud en las
zonas rurales más aisladas (en zonas de selva y
sierra alta) a través de un uso apropiado de las
Tecnologías de Información y Comunicación,
que permite a los auxiliares que atienden estos puestos
avanzados de salud ser asesorados sobre el diagnóstico
y el tratamiento por especialistas situados en centros
urbanos.
También se encuentra el Programa Telessaúde
Brasil, que tiene por objetivo el apoyo y formación
continua a distancia del personal de salud de atención
primaria en todo el país, utilizando herramientas
básicas de TIC como la videoconferencia, biblioteca
virtual, chat y portales web colaborativos para la teleconsulta
entre profesionales de salud.
Otra iniciativa destacada es el programa de Perfeccionamiento
de Recursos contra el SIDA y la malnutrición (DREAM),
por sus siglas en inglés, desarrollado en la Comunidad
de San Egidio en Mozambique. Se trata de un proyecto de
salud enmarcado en la prevención y tratamiento
de VIH/SIDA mediante el desarrollo de una aplicación
que utiliza las TIC para el registro y seguimiento de
la información clínica de los pacientes
y para la gestión de los centros de atención.
De esta manera se aporta una atención clínica
integral a los pacientes adheridos al programa, así
como una atención social frente a la estigmatización
y dificultades sociales que acompañan la enfermedad.
Además del campo de la salud, el Gobierno español
reconoce que las TIC pueden ser empleadas en otras áreas
de la cooperación internacional, tales como la
sostenibilidad ambiental, el acceso al agua y el saneamiento
básico, la ayuda humanitaria, la protección
de la diversidad cultural, la autonomía de las
mujeres o la gobernanza democrática.
Reutilizar ordenadores para la educación
Las organizaciones no gubernamentales están contribuyendo
desde el tercer sector al uso de las TIC para la ayuda
al desarrollo. Tal es el caso de la iniciativa “Labdoo”
(Laboratorios para la Educación), un proyecto mundial
que se dedica a recoger ordenadores utilizados para repararlos
u optimizarlos y donarlos a escuelas de países
de Sur donde los alumnos no tienen la posibilidad de adquirir
un equipo informático.
Labdoo es una red social humanitaria compuesta por personas
de todo el mundo que quieren hacer del planeta un lugar
mejor, proporcionando a las comunidades económicamente
desfavorecidas (tanto de los países en desarrollo
como en el mundo desarrollado) la oportunidad de una mejor
educación.
El objetivo de la red es la de enviar ordenadores portátiles,
lectores de libros electrónicos, tabletas y cualquier
dispositivo que puede ser cargado con el software educativo
(“dootronics”) a las escuelas necesitadas
de todo el mundo a través de un sistema de colaboración
y sin incurrir en costes económicos ni medioambientales.
El sistema funciona a través de internet. Cualquier
persona puede registrarse en la web de Labdoo para donar
un equipo electrónico, participar en su reparación,
cargar el software abierto Linux o llevarlo hasta el centro
educativo donde va a ser utilizado. Los colaboradores
pueden participar en alguno o todos los pasos del proceso.
De esta manera, ya se han reutilizado y entregado ordenadores
y dispositivos electrónicos para 658 escuelas de
112 países, beneficiando a miles de estudiantes
que, por sus condiciones, no podrían tener acceso
a este tipo de tecnologías.
De esta manera no solo se contribuye a uso de las TIC
en comunidades en riesgo de exclusión, sino que
también se ayuda a resolver el grave problema ambiental
de la basura electrónica o “e-waste”.
La organización ecologista Greenpeace recalca el
hecho de que los ordenadores y otros dispositivos informáticos
están elaborados con complejas mezclas de cientos
de materiales, muchos de ellos peligrosos, como metales
pesados (plomo, cadmio, berilio), retardantes de flama
bromados, y PVC, entre otros.
La basura electrónica, compuesta por ordenadores
obsoletos, teléfonos móviles desechados,
así como por otros aparatos electrónicos
en desuso, genera entre 20 y 50 toneladas métricas
de residuos en el mundo cada año (lo que representa
el 5% de la basura urbana), según datos del Programa
de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).
Además de ayudar a eliminar la brecha digital
y gracias a su naturaleza distribuida, Labdoo también
ayuda a eliminar otros tipos de barreras sociales y estereotipos
que puedan existir entre los beneficiarios y los benefactores.
En los sistemas tradicionales de ayuda por lo general
los ricos ayuda a los pobres, el norte ayuda al sur, los
adultos ayudan a los más pequeños. En la
red Labdoo, sin embargo, todo el mundo puede beneficiarse
del proyecto y todo el mundo puede hacer una contribución
al mismo.
En el marco del Día Internacional para la Erradicación
de la Pobreza, cabe recordar que según la ONU “somos
plenamente conscientes de que las ventajas de la revolución
de la tecnología de la información están
en la actualidad desigualmente distribuidas entre los
países desarrollados y en desarrollo, así
como en las sociedades. Estamos plenamente comprometidos
a hacer de esta brecha digital una oportunidad digital
para todos, especialmente aquellos que corren peligro
de quedar rezagados y aún más marginalizados”.
Más información en:
http://www.undp.org/content/undp/
http://www.aecid.es/Centro-Documentacion/Documentos/
https://www.labdoo.org/es/content/
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